¿Será porque su apellido es parte de la historia fundacional de la televisión argentina?
¿Será porque su padre, el ya retirado Carlos Montero, fue, entre otras cosas creador de Telenoche y productor de Mirtha Legrand?
¿Será porque su hermano mayor, Carlos Montero (h), es la cara de CNN en español?
O, quizás, será por el parentesco de su mujer con el ex político Avelino Porto?
La cosa es que el gravísimo caso de abuso sexual de menores que involucra al productor de TV Lucas Montero –asistente de producción del programa infantil "Chiquititas" y actual productor periodístico del noticiero de Telefé-- , a su mujer, Carolina Porto – hija del cirujano Eduardo Porto, jefe de cirugía del Hospital Británico— y a la madre de Carolina, Maureen Donelly, agente de la inmobiliaria Harold Hyland, no ha tenido suficiente cobertura en los medios.
Y eso que ya la Cámara Penal de San Isidro confirmó que Montero irá a juicio oral y público acusado de abuso sexual contra compañeras de jardín de su hija, junto con su esposa y su suegra. Montero y Porto serán juzgados por los delitos de "abuso sexual simple reiterado y corrupción de menores reiterada en concurso real entre sí en perjuicio de tres nenas de cuatro años".
Al respecto leemos en la Revista Para Ti:
“Una denuncia aberrante
Las sospechas de los padres de las menores involucradas empezaron hace al menos dos meses, cuando la mamá de una nena de 4 años, compañera de la hija de los Montero en la sala Panda del Blooming Kindergarten de La Horqueta, notó cambios bruscos en el comportamiento de su hija. De repente, la nena se habría manifestado muy irritable, con ataques de llanto repentinos, caprichos absurdos y miedos fuera de lo común. También en el jardín las maestras percibieron cómo los dibujos de la pequeña habían pasado de ser los típicos de un chico de esa edad a figuras más extrañas, oscuras e incluso fálicas. Aun cuando notaron estos cambios y empezaron a preocuparse, nada hacía pensar en una posibilidad tan aberrante como la de un abuso sexual, que la propia nena habría revelado con la inocencia de sus palabras cuando la madre, ante su mal comportamiento, un día cualquiera y mientras la llevaba en el auto, la amenazó con no dejarla quedarse a dormir en la casa de su compañerita de jardín –hija de los Montero–. “Igual no quiero ir a dormir a su casa porque estoy cansada de que el papá me toque”, habría respondido la niña con la naturalidad propia de su edad, según constaría en la denuncia realizada por su madre el lunes 15 de octubre ante la Fiscalía Nº 3 de General Pacheco.
A la confesión espontánea se habría sumado luego un relato espeluznante y detallado de los supuestos abusos de Montero en los que, según lo que habría dicho la niña, también estarían involucradas su esposa, Carolina Porto –entonces embarazada de ocho meses–, y la madre de ella, Maureen Donnelly, agente de la inmobiliaria Harold Hyland, quienes además de presenciar los supuestos juegos sexuales, habrían participado filmando y sacando fotos.
“La nena dijo que Lucas le tocaba las dos colas: la de adelante y la de atrás. Que le dolía mucho y que le metía unas pelotitas de colores, también en las dos colas. Que le bajaba la bombacha, él se bajaba el pantalón y la sentaba en sus piernas”, consta en la denuncia realizada en conjunto por dos madres de la sala Panda del jardín de infantes de La Horqueta cuyo contenido trascendió a pesar del hermetismo del fiscal Jorge Strauss, a cargo de la causa, quien prefiere dar la menor información mediática posible con el fin de resguardar a los menores involucrados.Además de los relatos de las dos niñas, reproducidos por sus mamás ante la justicia, y a pesar de que el abuso deshonesto es difícil de comprobar ya que puede no dejar rastros físicos, la denuncia también mencionaría la presencia de sangre en la materia fecal, de bombachas manchadas y de dolores físicos que habrían sufrido. En este sentido, un allegado al pediatra de las dos niñas supuestamente abusadas –habría otros dos casos que aún no se presentaron ante la justicia porque las familias no quieren exponerse– confirmó a Para Ti que éstas tendrían rastros físicos de abuso. En tanto, una mamá cercana a las denunciantes, y que prefirió no dar su nombre, contó que “cuando una de las madres se dio cuenta, alertó a las demás en seguida y al jardín. Y ahí descubrieron que no era el único caso, que había cuatro nenas que coincidían en el relato, todas de la sala Panda. Las cuatro fueron llevadas a una psicopedagoga que confirmó que la sospecha de las madres era correcta”.
Cuatro días después de la denuncia, el viernes 19 de octubre, la justicia allanó la casa de los Montero y secuestró videos, tres CPU, 19 mini DVD, incluyendo películas infantiles, y diez disquetes –según datos de Manuel Mougan, abogado de Lucas Montero– para realizar una “pericia informática”. “No encontraron absolutamente nada –asegura Mougan–. Son todos videos familiares. Además, las entrevistas psicológicas hechas a ellos y a su hija dieron perfectas. Por eso ellos pueden seguir teniendo a la nena. Si les hubiera dado apenas dudosa, les habrían quitado la guarda”.Allegados a la familia Montero contaron que, al tomar conocimiento de las acusaciones que le hacían, Porto tuvo un ataque de nervios y empezó a llamar a las otras mamás del colegio para saber qué pasaba. Pero ninguna de ellas la atendió, sólo una que antes de cortarle le habría gritado: “Ustedes están enfermos. Son dos hijos de puta y van a ir a la cárcel por abusar de las nenas”. Esa fue la última comunicación entre ella y las madres de las compañeras de su hija, con las que hasta el día anterior compartía el pool que ellas mismas habían organizado para llevar a sus hijas al colegio. Desde entonces, todas las demás madres se unieron para condenarla y organizaron varios “escraches” en la puerta del country Isla del Sol para repartir la foto de Porto y Montero con la leyenda “Lucas Montero y Carolina Porto. Abusadores de menores”.
Lo cierto, hasta ahora, es que la denuncia existe y que la investigación avanza en la Fiscalía Nº 3 de Pacheco. En estos días, los peritos informáticos trabajan en el análisis del disco rígido de la computadora para determinar si se borraron archivos y, si así fuere, intentar reconstruirlos. En tanto, se están realizando las pericias psiquiátricas a las niñas supuestamente abusadas y podrían repetirse más evaluaciones la semana próxima. Por su parte, Lucas Montero se presentará espontáneamente ante el fiscal para declarar, según adelantó su abogado.“Ninguna madre inventa semejante historia y expone a su hija si no está convencida. Esperamos que la justicia actúe rápido y bien. No queremos que otros chicos pasen por esto. Para estas nenas, el daño ya está hecho y las secuelas son para toda la vida. Sólo queremos que la justicia diga si son culpables, y si lo son, que vayan a la cárcel”, dijo la mamá de una pequeña de la sala Panda. Si eso ocurriera, según la ley, Montero, Porto y Donnelly podrían recibir hasta quince años de cárcel: el Código Penal prevé entre cuatro y seis años de reclusión o prisión por abuso deshonesto, pero si se comprobara que hubo acceso carnal, la pena ascendería a entre seis y quince años de reclusión o prisión. "
Y...? Dónde está el periodismo independiente?
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Periodistas independientes? Algunos pueden ser independientes del poder político, pero no del dinero que pueden hacer informando. Sabés que piden para sacar una nota? las caras de los padres de las víctimas. Quieren ver sangre, lágrimas, esa cosas que puedan vender su miserable minuto de aire. Mientras tanto, que la verdad espere su turno para que sea conocida, si es que le llega algún día.
ResponderEliminarEspero que estén presentes al menos cuando estos mal nacidos salgan del tribunal a la cárcel.
Son inocentes.
EliminarQue Dios saque la verdad
ResponderEliminarAh, y que se haga pública.
ResponderEliminarSon inocentes.
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